En la actualidad, vemos con mucho desagrado el cómo las personas pueden tomarle poca importancia a la conservación de grandes monumentos y santuarios históricos, como lo es Machu Picchu. Ante todo Machu Picchu es considerada una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno, uno de los transectos altitudinales más extraordinarios del mundo, ubicada en la provincia de Urubamba, en la región del Cusco. Es una ciudadela que muestra la majestuosidad del Imperio Incaico. Mucha gente no comprende aún que tenemos que preservar los santuarios, no sólo Machu Picchu, sino que todos los demás. Mediante este ensayo se pueden plantear muchas alternativas que pueden utilizarse para conservar este santuario.
El objetivo total debe ser de proteger la ciudadela incaica de Machu Picchu y los otros testimonios de la arqueología y la cultura andina, como un conjunto de grupos arqueológicos enlazados por el Capac Ñam, así como también el conservar el espectacular entorno paisajista, hábitat natural de importantes especies de flora y fauna que se hallan en situación vulnerable o en peligro de extinción.
Entre las muchas especies que protege, las principales son: el oso andino o ucumari, declarado símbolo del santuario; el quetzal de altura y el gallito de las rocas en fauna. En cuanto a flora: la wacanki y wiñay wayna, palabras quechua que significan “llorarás” y “siempre joven”, respectivamente.
En su extremo norte se ubica la Cordillera del Urubamba y, en el sur, la de Vilcabamba. En el este se ubican los valles de Cusichaca y, en el oeste, el de Acobamba. El santuario se alza entre dos cerros: Machu Picchu y Huayna Picchu.
El mundo natural de Machu Picchu se inicia, pues, por encima de los 4000 m.s.n.m., donde el viento barre sin cesar las planicies de ichu y donde las rocas se pueblan de líquenes y musgo, en el territorio del cóndor andino y de la taruka, el mayor y más elusivo de los cérvidos de los Andes; de las juguetonas v
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